domingo, 7 de enero de 2018

MITO DEL TITÁN DE ATLAS


EL TITÁN ATLAS 

MITO DE LA CAJA DE PANDORA

LA CAJA DE PANDORA


Cuenta la mitología griega: En un principio todo era Caos, hasta que los dioses decidieron dar a cada cosa existente su lugar en la tierra, también decidieron crear a los animales y entre ellos a uno que fuera superior: el hombre; esta tarea fue encomendada a Prometeo y su hermano Epimeteo pertenecientes a una raza de Titanes que habitaron la tierra mucho antes de la creación del hombre, para ello, Prometeo tomó agua y barro para moldear al hombre a imagen y semejanza de los dioses.

Cuando Prometeo quiso proveer al hombre de dones especiales para hacerlo superior al resto de los animales, se dio cuenta que Epimeteo ya los había agotado todos en la creación de los animales, así que Prometeo subió al Olimpo y ayudado por Atenea robó las semillas de Helios (el Sol) y se las regaló a los hombres. Con el fuego como regalo, los hombres fueron capaces no sólo de alimentarse, sino también de elaborar armas para cazar animales, de fabricar herramientas para trabajar la tierra, de calentarse y de vivir una mejor vida. Cuando Zeus (rey de los dioses del Olimpo) se dio cuenta del robó, montó en cólera y decidió castigar a los Titanes por haber regalado el fuego y a los hombres por haber aceptado el regalo.

De esta manera ordenó a todos los dioses crear a la mujer primera mujer en la tierra y que cada uno de ellos la llenara de virtudes: Hefesto, dios del fuego, la moldeó; Atenea, diosa de la sabiduría, le regaló un cinturón de perlas, un vestido hermoso color púrpura y otras piedras preciosas; Afrodita, le dio la belleza; Apolo, dios de la luz y la verdad, le dio la música; Hermes, dios de las fronteras y los viajeros, le dio el don de la seducción, un carácter voluble y la manipulación; los collares le fueron entregados por Las Gracias y la Persuasión, las horas coronaron su cabeza con flores.

Pero Pandora fue, también, un arma contra el hombre, pues Zeus quería acabar con él a causa de la desobediencia del titán Prometeo. Así, esta mujer será la encargada de llevar la perdición al hombre, y así se lo hace saber Zeus a Hefesto, el más habilidoso del Olimpo, a fin de que la creara bella, perfecta, en casi todo similar al hombre, pero dotada de capacidad para retrasarle en el trabajo y hacerle olvidar hasta sus pensamientos.Como último regalo, Zeus le entrega a Pandora una caja que no deberá abrir bajo ningún concepto. En ella, sin la mujer saberlo, están encerrados todos los males que destruyen a la raza humana: la enfermedad, la venganza, la ira, el mal del mundo. Y entrega a Pandora como esposa a Epimeteo llamado "el que reflexiona tarde", hermano de Prometeo; este, deslumbrado por la belleza de la mujer, acepta sin dudar el regalo, desoyendo los sabios consejos de su hermano: no aceptar ningún presente que venga de Zeus.

Movida por la curiosidad, con el tiempo Pandora no pudo resistirlo y abrió la caja que Zeus le había regalado.

Y en un momento todos los males se repartieron por el mundo, sin poder ser contenidos por las sensuales manos de la mujer, asustada, Pandora cerró la tapa justo cuando el último objeto de la caja iba a salir: la esperanza. Posteriormente, arrepentida y viendo lo que su acción había provocado en la humanidad, se dedicó a ir ofreciendo a los hombres, uno a uno, la posibilidad de contar con la esperanza, pues ella la tenía esta vez sí-, bien guardada.





MITO DE MEDUSA Y LAS GORGONAS



MEDUSA Y LAS GORGONAS

MITO DE EROS Y PSIQUE

EROS Y PSIQUE

Eros y Psique

Hubo un rey que tenía tres bellas hijas. Las dos mayores se casaron con príncipes, pero la tercera, Psique, era tan bella que nadie la cortejaba, ya que parecía estar hecha para la adoración. Tanto era así que la gente prefería adorar a Psique que a Afrodita, y así los templos más importantes de ésta estaban vacíos. Afrodita, llena de envidia y viéndose relegada a un segundo lugar, pidió a su hijo Eros que la vengara con sus flechas malévolas. Le pidió que llenase su corazón de amor, pero con el amor más ardiente para el ser más infeliz de la tierra, y así juntos compartir pobreza y dolor.

Eros fue directo a cumplir con el encargo de su madre, pero al ver a Psique, se maravilló tanto de su belleza que se aturdió y la flecha que tenía preparada para ella se cayó y se le clavó en un pie, quedando así locamente enamorado de Psique.

El padre de Psique al ver que ésta no tenía marido, acudió al oráculo de Hermes a proclamar que cualquiera que cogiese a Psique sería castigado como enemigo de los dioses, pero siete besos de la misma Afrodita serían ofrecidos como recompensa para el que la entregara. Esta proclamación llegó a los oídos de Psique, cuando, cansada de buscar a su amado, estaba decidida a pedir la clemencia de su madre, y yendo de templo en templo algunos dioses amables la aconsejaron buscar el perdón de la diosa del amor. Se aproximó a las salas de Afrodita, donde no tuvo que decir su nombre para que uno de los criados la arrastrase por el pelo ante la presencia de su señora.

Afrodita la dio la bienvenida de manera sarcástica y rasgó sus ropas y la azotó. Después se aprovechó de la pobre Psique y la mandó hacer multitud de trabajos para ella. Los trabajos fueron los siguientes: separar de un montón de semillas la de cada clase en un tiempo limitado, conseguir un puñado de lana dorada de un rebaño de salvajes carneros, llenar una urna de cristal de las aguas negras de un río negro que riega las marismas estigianas y cae en el salvaje río de Cócito y bajar al Hades para buscar un frasco de la belleza de Perséfone. Pero para todos estos trabajos Psique contó con la ayuda de varios personajes.

Pero todos estos trabajos acabaron cuando Eros supo de la crueldad de su madre, haciendo que la amase mucho más que antes. Escapando secretamente de su habitación, voló al Olimpo y buscó el favor de Zeus para casarse con una hija de hombre.


Zeus envió a Hermes para convocar una reunión de dioses, a la que Afrodita debía asistir aunque no le gustase la idea, y Psique, también, fue llevada allí cabizbaja, pero sus labios se encendieron al ver a su perdido amante entre el radiante grupo. Zeus comunicó a los dioses la intención de Eros de casarse con la hija de un hombre, y entonces Zeus convirtió a Psique en inmortal y la subió al cielo y advirtió que no debían negar el derecho a casarse de Eros ya que él había hecho que mucho de esos dioses triunfasen en el amor. Todos los dioses celebraron la unión de Eros y Psique, y su primer hijo fue una niña llamada Alegría.



martes, 5 de diciembre de 2017

LA LEYENDA DE YACUMAMA



Yacumama es la palabra compuesta que quiere decir Madre del agua (yacu=agua, mama=madre) y las historias normalmente describe una serpiente boa de tamaño descomunal que habita en lo profundo de la selva amazónica, muchas historias se refieren a ella y sus apariciones en cochas en lo profundo del monte son vistos casi en su mayoría por antiguos cazadores o pescadores que se pierden por semanas en busca de presas sin esperar toparse con este dantesco animal.






Varias expediciones han ido en su búsqueda con el paso de los años y a pesar de haber encontrado serpientes grandes, la que describen las historias y la gente que las vivieron aún no ha sido encontrada, veamos uno de los varios relatos de esta criatura legendaria:

En lo profundo de un bosque impenetrable por su exuberante vegetación, había un lago muy poco conocido por los que vivían en las proximidades de ese lugar.

Simulaba ser sumamente tranquilo, apacible, en suma, un remanso de paz; pero, lamentablemente era lo contrario. Así lo aseveraban quienes habían llegado a él, pues sabían que tenía "madre" y que ella celosamente cuidaba ese lugar, persiguiendo sin piedad al que por desgracia se atrevía a pescar en sus aguas.

Llegó cierto día un pescador que siguiendo el curso de un riachuelo desembocó en él; desde el primer momento que lo vio, se sintió feliz porque creía que era el primero en llegar y pensó: al fin podré realizar una "pesca milagrosa" en esta laguna olvidada, que debe estar llena de peces. Infelizmente no fue así; al penetrar en el lago, lo primero que hizo fue ubicar un lugar para arrojar su tarrafa (red) y aunque se sentía intrigado por el movimiento del agua, siguió remando confiado; pero el vaivén continuo de su canoa, siguió preocupándole hasta que sintió que algo salía del fondo del lago. Rápidamente volvió para averiguar qué era eso, y vio una terrible cabeza, suspendida a casi un metro de altura sobre la superficie del agua moviendo su monstruosa figura de orejas paradas y sacando su lengua puntiaguda.







Inmediatamente dio vuelta su canoa, metió su remo con fuerza hasta el fondo del agua para impulsarse mejor y en esos instantes apremiantes para colmo de males, notó que las plantas de la orilla venían a su encuentro, cerrándole el pase como si obedecieran a no sé qué designio; terriblemente asustado, giró su cabeza para ver que ocurría con la fiera y comprobó que ella le perseguía a toda velocidad.

En ese momento, aterrorizado levantó sus ojos al cielo y clamó ayuda a Dios, convencido que él no podía hacer nada para librarse con vida de ese monstruo lacustre. Y realmente, al parecer sus oraciones fueron escuchadas, porque inexplicablemente cayeron al lago cuatro sachavacas (tapir) peleando y mordiéndose como fieras, produciendo un tremendo ruido. Ese terrible estruendo asustó a esa serpiente, que no era otra cosa que la terrible Yacumama, que velozmente se sumergió en su lago. Incomprensiblemente, las plantas acuáticas también volvieron a su posición inicial y todo quedó en calma, pues hasta las sachavacas se escaparon percatándose de la horrible Yacumama.

El pescador que advertía estupefacto todo cuanto sucedía. No quiso perder un segundo más, y se alejó de este fatídico lago, antes que la Yacumama le cerrara el paso nuevamente.

Lamentablemente no llevó ni un solo pez, porque "la madre" de esa laguna no quiso regalarle sus pacos, sardinas, sábalos, bujurquis, lizas y gamitanas.


AI respecto, se cuenta que cuando alguna persona común se acerca a las orillas y penetra a esos lagos encantados, se desata sorpresivamente una tormenta infernal que hace zozobrar la embarcación y la persona se ahoga irremediablemente.




domingo, 3 de diciembre de 2017

LEYENDA DE LOS HERMANOS AYAR



LEYENDA DE LOS HERMANOS AYAR









 Sobre la montaña Pacaritambo (doce lugares al Noroeste de Cuzco) emergieron los hermanos Ayar después del gran diluvio que había asolado la Tierra. De la montaña llamada "Tampu Tocco" salieron cuatro hombres y cuatro mujeres, hermanas y esposas de estos. Ellos fueron Ayar Manco y su mujer Mama Ocllo; Ayar Cachi y Mama Cora; Ayar Uchu y Mama Rahua y por último, Ayar Auca y su esposa Mama Huaco. Viendo la situación de las tierras y la pobreza de los pobladores, los cuatro hermanos decidieron buscar hacia el sur-este un lugar más fértil y favorable para establecerse. 




En el viaje se produjo la primera desavenencia entre Ayar Cachi quien era fornido e iracundo, y los otros hermanos. Es así que los hermanos planearon deshacerse de él y le ordenaron regresar a las cavernas de Pacarina (en la tradición inca es el lugar de origen de una persona) a buscar provisiones. Ayar cachi al ingresar a la caverna Capac Tocco (ingreso de la montaña Tamputocco) fue traicionado por su criado quien lo encerró dentro de la cueva al colocar una piedra en la entrada. Ayar Cachi al no poder salir dio gritos tan enérgicos que logró sacudir la tierra, abrir las montañas y agitar los cielos. Los hermanos restantes y sus esposas seguidos de sus ayllus, continuaron su camino y llegaron al monte Huanacauri donde hallaron un ídolo de piedra del mismo nombre. Los hermanos ingresaron al lugar de adoración de ese ídolo con mucho temor. Ayar Uchu desafió al ídolo al brincar sobre su parte posterior, este quedo inmediatamente petrificado, y paso a formar parte de este. Había aconsejado a sus hermanos seguir el viaje y que se celebrasen en su memoria el Huarachico (ceremonia de iniciación hacia la adultez). 








En el transcurso de su búsqueda por una tierra fértil, Ayar Uchu fue a explorar una zona cercana, se dice que le salieron alas y voló hacia el lugar conocido como la pampa del Sol en cuyo lugar aterrizo y se convirtió en piedra. Ayar Manco fue el único hermano que logro llegar al valle del Cusco donde halló suelos fértiles y logro hundir el bastón de oro que le fue entregado por el dios Inti para hallar el lugar de la fundación de lo que sería más adelante el Imperio de los Incas, conocido también como el Tahuantinsuyo. Allí fundó junto a sus hermanas la ciudad del Cusco en homenaje al dios Inti y Wiracocha. 







Hijos del Perú Leyenda de los Hermanos Ayar (Origen del mito): La primera crónica que dio a conocer este mito de origen fue la de Juan Díez de Betanzos (1551), quien residía en el Cuzco y hablaba el idioma quechua, Además tuvo como esposa a una princesa inca ligada al linaje de pachacutec y Atahuallpa. El historiador Luis E. Valcarcel redacto una versión moderna de este mito en 1984 en su libro “Historia del Perú antiguo a través de la fuente escrita”








EL MITO DEL MINOTAURO

EL MITO DEL MINOTAURO








Los hijos del Rey Minos, uno de los descendientes de Europa y Zeus, fueron (según cuenta la mitología) Ariadna, Fedra, Glauco, Catreo y Androgeo. Era precisamente este último el favorito del monarca puesto que era un joven atleta capaz de vencer a cualquier rival que se le opusiera. Así pues, de entre los hijos que tuvo junto a Pasifae, Androgeo era su predilecto. Pero la desgracia llegó a la corte del Rey Minos cuando, tras unos importantes juegos en honor a la diosa Atenea, diosa de la sabiduría, Androgeo, que resultó vencedor, cayó muerto bajo la ira del pueblo de Atenas que no pudo soportar su victoria, (otra versión cuenta que murió bajo la fiereza del Toro de Maratón). 






Cuando Minos se enteró de esta terrible noticia, la furia y el dolor se apoderaron de él y juró vengarse de todo ateniense que hubiera sobre la faz de la Tierra. Y lo primero que ordenó a su ejército fue partir hacia la ciudad y ponerla bajo su control a cualquier precio. Y así fue. Posteriormente, y en uso de su nuevo poder, estableció una serie de terribles leyes para Atenas, entre las cuales destacaba por su crueldad la de que anualmente, y por un periodo de nueve años, siete jóvenes varones y siete jóvenes doncellas debían ser enviadas hasta Creta para ser introducidas en el laberinto situado en Knossos del que resultaba imposible salir y en el cual eran ofrecidos para morir devorados por un ser que era mitad humano y mitad toro, temible Minotauro, nacido de la unión entre Pasifae y un toro blanco, (esta vez Zeus también tuvo algo que ver, pero ya no era él transformado en bestia como cuando raptó a Europa). Pero ocurrió que, transcurridos tres años, el joven Teseo, que era hijo del por entonces Rey de Atenas Egeo, sintió que debía de hacer algo al respecto y que tenía que poner fin a tanta crueldad sobre su pueblo. Entonces se ofreció voluntario para entrar en el laberinto, esperando así darle muerte y liberar a cualquier ateniense que se encontrase aún en su interior. 






Cuenta la leyenda que incluso el propio Minos intentó convencerlo habida cuenta de que pertenecía a la nobleza, pero finalmente tuvo que ceder. Ariadna, hija de Minos, impresionada por el porte y el valor de Teseo, se propuso ayudarlo. Aprovechando un momento en que se encontraban a salvo de ojos y oídos ajenos, la joven puso en la mano del aguerrido príncipe un ovillo de hilo de oro y un puñal y, pidiéndolo que llevara ambos objetos ocultos bajo sus ropajes, le rogó que los utilizara y que confiara en ella. Y así lo hizo Teseo. Entró en el laberinto y caminó despacio mientras con cuidado desenrollaba el hilo que le había entregado la bella Ariadna, y que se encontraba sosteniéndolo desde el exterior. Cuando se encontró ante el Minotauro se enfrentó a semejante bestia valerosamente, y, empuñando el arma que llevaba escondida, consiguió darle muerte. Luego no tuvo sino que enrollar de nuevo el hilo y desandar lo que llevaba caminado. Después de liberar a los atenienses que aún quedaban con vida dentro del laberinto, salió de él como vencedor. Ya sólo le quedaba regresar a Atenas. Y debía hacerlo, ya que había vencido, desplegando las velas blancas de su embarcación, tal y cómo le había pedido Egeo, su padre.











MITO DEL TITÁN DE ATLAS

EL TITÁN ATLAS