martes, 5 de diciembre de 2017

LA LEYENDA DE YACUMAMA



Yacumama es la palabra compuesta que quiere decir Madre del agua (yacu=agua, mama=madre) y las historias normalmente describe una serpiente boa de tamaño descomunal que habita en lo profundo de la selva amazónica, muchas historias se refieren a ella y sus apariciones en cochas en lo profundo del monte son vistos casi en su mayoría por antiguos cazadores o pescadores que se pierden por semanas en busca de presas sin esperar toparse con este dantesco animal.






Varias expediciones han ido en su búsqueda con el paso de los años y a pesar de haber encontrado serpientes grandes, la que describen las historias y la gente que las vivieron aún no ha sido encontrada, veamos uno de los varios relatos de esta criatura legendaria:

En lo profundo de un bosque impenetrable por su exuberante vegetación, había un lago muy poco conocido por los que vivían en las proximidades de ese lugar.

Simulaba ser sumamente tranquilo, apacible, en suma, un remanso de paz; pero, lamentablemente era lo contrario. Así lo aseveraban quienes habían llegado a él, pues sabían que tenía "madre" y que ella celosamente cuidaba ese lugar, persiguiendo sin piedad al que por desgracia se atrevía a pescar en sus aguas.

Llegó cierto día un pescador que siguiendo el curso de un riachuelo desembocó en él; desde el primer momento que lo vio, se sintió feliz porque creía que era el primero en llegar y pensó: al fin podré realizar una "pesca milagrosa" en esta laguna olvidada, que debe estar llena de peces. Infelizmente no fue así; al penetrar en el lago, lo primero que hizo fue ubicar un lugar para arrojar su tarrafa (red) y aunque se sentía intrigado por el movimiento del agua, siguió remando confiado; pero el vaivén continuo de su canoa, siguió preocupándole hasta que sintió que algo salía del fondo del lago. Rápidamente volvió para averiguar qué era eso, y vio una terrible cabeza, suspendida a casi un metro de altura sobre la superficie del agua moviendo su monstruosa figura de orejas paradas y sacando su lengua puntiaguda.







Inmediatamente dio vuelta su canoa, metió su remo con fuerza hasta el fondo del agua para impulsarse mejor y en esos instantes apremiantes para colmo de males, notó que las plantas de la orilla venían a su encuentro, cerrándole el pase como si obedecieran a no sé qué designio; terriblemente asustado, giró su cabeza para ver que ocurría con la fiera y comprobó que ella le perseguía a toda velocidad.

En ese momento, aterrorizado levantó sus ojos al cielo y clamó ayuda a Dios, convencido que él no podía hacer nada para librarse con vida de ese monstruo lacustre. Y realmente, al parecer sus oraciones fueron escuchadas, porque inexplicablemente cayeron al lago cuatro sachavacas (tapir) peleando y mordiéndose como fieras, produciendo un tremendo ruido. Ese terrible estruendo asustó a esa serpiente, que no era otra cosa que la terrible Yacumama, que velozmente se sumergió en su lago. Incomprensiblemente, las plantas acuáticas también volvieron a su posición inicial y todo quedó en calma, pues hasta las sachavacas se escaparon percatándose de la horrible Yacumama.

El pescador que advertía estupefacto todo cuanto sucedía. No quiso perder un segundo más, y se alejó de este fatídico lago, antes que la Yacumama le cerrara el paso nuevamente.

Lamentablemente no llevó ni un solo pez, porque "la madre" de esa laguna no quiso regalarle sus pacos, sardinas, sábalos, bujurquis, lizas y gamitanas.


AI respecto, se cuenta que cuando alguna persona común se acerca a las orillas y penetra a esos lagos encantados, se desata sorpresivamente una tormenta infernal que hace zozobrar la embarcación y la persona se ahoga irremediablemente.




domingo, 3 de diciembre de 2017

LEYENDA DE LOS HERMANOS AYAR



LEYENDA DE LOS HERMANOS AYAR









 Sobre la montaña Pacaritambo (doce lugares al Noroeste de Cuzco) emergieron los hermanos Ayar después del gran diluvio que había asolado la Tierra. De la montaña llamada "Tampu Tocco" salieron cuatro hombres y cuatro mujeres, hermanas y esposas de estos. Ellos fueron Ayar Manco y su mujer Mama Ocllo; Ayar Cachi y Mama Cora; Ayar Uchu y Mama Rahua y por último, Ayar Auca y su esposa Mama Huaco. Viendo la situación de las tierras y la pobreza de los pobladores, los cuatro hermanos decidieron buscar hacia el sur-este un lugar más fértil y favorable para establecerse. 




En el viaje se produjo la primera desavenencia entre Ayar Cachi quien era fornido e iracundo, y los otros hermanos. Es así que los hermanos planearon deshacerse de él y le ordenaron regresar a las cavernas de Pacarina (en la tradición inca es el lugar de origen de una persona) a buscar provisiones. Ayar cachi al ingresar a la caverna Capac Tocco (ingreso de la montaña Tamputocco) fue traicionado por su criado quien lo encerró dentro de la cueva al colocar una piedra en la entrada. Ayar Cachi al no poder salir dio gritos tan enérgicos que logró sacudir la tierra, abrir las montañas y agitar los cielos. Los hermanos restantes y sus esposas seguidos de sus ayllus, continuaron su camino y llegaron al monte Huanacauri donde hallaron un ídolo de piedra del mismo nombre. Los hermanos ingresaron al lugar de adoración de ese ídolo con mucho temor. Ayar Uchu desafió al ídolo al brincar sobre su parte posterior, este quedo inmediatamente petrificado, y paso a formar parte de este. Había aconsejado a sus hermanos seguir el viaje y que se celebrasen en su memoria el Huarachico (ceremonia de iniciación hacia la adultez). 








En el transcurso de su búsqueda por una tierra fértil, Ayar Uchu fue a explorar una zona cercana, se dice que le salieron alas y voló hacia el lugar conocido como la pampa del Sol en cuyo lugar aterrizo y se convirtió en piedra. Ayar Manco fue el único hermano que logro llegar al valle del Cusco donde halló suelos fértiles y logro hundir el bastón de oro que le fue entregado por el dios Inti para hallar el lugar de la fundación de lo que sería más adelante el Imperio de los Incas, conocido también como el Tahuantinsuyo. Allí fundó junto a sus hermanas la ciudad del Cusco en homenaje al dios Inti y Wiracocha. 







Hijos del Perú Leyenda de los Hermanos Ayar (Origen del mito): La primera crónica que dio a conocer este mito de origen fue la de Juan Díez de Betanzos (1551), quien residía en el Cuzco y hablaba el idioma quechua, Además tuvo como esposa a una princesa inca ligada al linaje de pachacutec y Atahuallpa. El historiador Luis E. Valcarcel redacto una versión moderna de este mito en 1984 en su libro “Historia del Perú antiguo a través de la fuente escrita”








EL MITO DEL MINOTAURO

EL MITO DEL MINOTAURO








Los hijos del Rey Minos, uno de los descendientes de Europa y Zeus, fueron (según cuenta la mitología) Ariadna, Fedra, Glauco, Catreo y Androgeo. Era precisamente este último el favorito del monarca puesto que era un joven atleta capaz de vencer a cualquier rival que se le opusiera. Así pues, de entre los hijos que tuvo junto a Pasifae, Androgeo era su predilecto. Pero la desgracia llegó a la corte del Rey Minos cuando, tras unos importantes juegos en honor a la diosa Atenea, diosa de la sabiduría, Androgeo, que resultó vencedor, cayó muerto bajo la ira del pueblo de Atenas que no pudo soportar su victoria, (otra versión cuenta que murió bajo la fiereza del Toro de Maratón). 






Cuando Minos se enteró de esta terrible noticia, la furia y el dolor se apoderaron de él y juró vengarse de todo ateniense que hubiera sobre la faz de la Tierra. Y lo primero que ordenó a su ejército fue partir hacia la ciudad y ponerla bajo su control a cualquier precio. Y así fue. Posteriormente, y en uso de su nuevo poder, estableció una serie de terribles leyes para Atenas, entre las cuales destacaba por su crueldad la de que anualmente, y por un periodo de nueve años, siete jóvenes varones y siete jóvenes doncellas debían ser enviadas hasta Creta para ser introducidas en el laberinto situado en Knossos del que resultaba imposible salir y en el cual eran ofrecidos para morir devorados por un ser que era mitad humano y mitad toro, temible Minotauro, nacido de la unión entre Pasifae y un toro blanco, (esta vez Zeus también tuvo algo que ver, pero ya no era él transformado en bestia como cuando raptó a Europa). Pero ocurrió que, transcurridos tres años, el joven Teseo, que era hijo del por entonces Rey de Atenas Egeo, sintió que debía de hacer algo al respecto y que tenía que poner fin a tanta crueldad sobre su pueblo. Entonces se ofreció voluntario para entrar en el laberinto, esperando así darle muerte y liberar a cualquier ateniense que se encontrase aún en su interior. 






Cuenta la leyenda que incluso el propio Minos intentó convencerlo habida cuenta de que pertenecía a la nobleza, pero finalmente tuvo que ceder. Ariadna, hija de Minos, impresionada por el porte y el valor de Teseo, se propuso ayudarlo. Aprovechando un momento en que se encontraban a salvo de ojos y oídos ajenos, la joven puso en la mano del aguerrido príncipe un ovillo de hilo de oro y un puñal y, pidiéndolo que llevara ambos objetos ocultos bajo sus ropajes, le rogó que los utilizara y que confiara en ella. Y así lo hizo Teseo. Entró en el laberinto y caminó despacio mientras con cuidado desenrollaba el hilo que le había entregado la bella Ariadna, y que se encontraba sosteniéndolo desde el exterior. Cuando se encontró ante el Minotauro se enfrentó a semejante bestia valerosamente, y, empuñando el arma que llevaba escondida, consiguió darle muerte. Luego no tuvo sino que enrollar de nuevo el hilo y desandar lo que llevaba caminado. Después de liberar a los atenienses que aún quedaban con vida dentro del laberinto, salió de él como vencedor. Ya sólo le quedaba regresar a Atenas. Y debía hacerlo, ya que había vencido, desplegando las velas blancas de su embarcación, tal y cómo le había pedido Egeo, su padre.











LEYENDA DE MANCO CAPAC Y MAMA OCLLO

LEYENDA DE MANCO CAPAC Y MAMA OCLLO

La Leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo o llamada también Leyenda del lago Titcaca: Esta fue dada a conocer por el cronista Inca Garcilaso de la Vega (1539 – 1616) que fue hijo de un capitán español Sebastián Garcilaso de la Vega y de la ñusta Isabel Chimpu Ocllo, nieta de Túpac Yupanqui. La familia materna del Garcilazo de la Vega pertenecía a la nobleza incaica fue la que le proporcionó toda la información de primera mano sobre los orígenes de la cultura Inca.



Leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo

En las regiones cercanas al Lago Titicaca, los hombres vivían como animales salvajes, ya que no tenían religión, leyes o una organización que los uniera. Estos habitantes desconocían la agricultura y no poseían técnicas de textilería por lo cual andaban desnudos. Ellos tenían como hogares a las cavernas y se alimentaban de la caza y recolección de alimentos.






El dios Inti, se compadeció de aquellas personas y envió a su hijo Ayar Manco junto a su hermana Mama Ocllo para que civilizaran a esas poblaciones bárbaras y fundara un imperio que honrara al dios Inti. Ayar Manco se dedicó a enseñarles a los hombres normas de convivencia en sociedad y a adorar al dios Inti. En cambio, Mama Ocllo les enseñó a las mujeres técnicas de textilería y labores domésticas.

Ayar Manco, llamado también Manco Capac, antes tuvo que fundar una ciudad, la cual sería el centro del mundo. Su padre, el dios Inti, le proporciono una vara de oro para que buscara la tierra prometida. Les recomendó viajar hacia el norte del lago Titicaca y hundir el bastón de oro en las tierras por donde pasaran hasta encontrar el lugar en donde este se hunda con facilidad y allí fundar la ciudad del Cusco en donde dirigían su imperio.







Al llegar a una región norteña del Lago Titicaca, fueron vistos por los lugareños quienes los confundieron con dioses debido al brillo de sus vestimentas y joyas. Pasaban los días y Manco Capac no hallaba la tierra en donde el bastón se hundiese con facilidad.

Pero un día al llegar a un valle majestuoso acordonado por bellas montañas la vara de oro se enterró en el suelo ante el asombro de Manco Capac y Mama Ocllo. Es así como supieron que ese lugar debería convertirse en la capital del Imperio de los Incas y ombligo del mundo.

Manco Capac prontamente emprendió la tarea civilizadora en el valle del Cusco. Enseñó a los hombres la agricultura, la pesca, la construcción de viviendas, las ciencias, etc. Mama Ocllo tuvo la tarea de capacitar a las mujeres en labores domésticas y de tejido para crear vestimentas que los cubran de su desnudez. Manco Capac junto a Mama Ocllo fueron los fundadores del imperio que luego harían grande sus descendientes.

INTERPRETACIÓN
Es evidente según la leyenda que se trata de personajes míticos, considerados de origen divino, que vienen con una misión civilizadora llevada de sur a norte del Perú. Esta leyenda tiene un fuerte sustento real ya que se indica que Manco Capac representa a toda una nación posiblemente de Tiahuanaquenses que vivía en la región del lago sagrado; como se sabe, los terrenos más fértiles allá están precisamente alrededor del lago de tal modo que hubo un momento en que la explosión demográfica y la escasez de tierras obligó a la nación a buscar otra región rica y amplia. Se aduce además, que posiblemente el estado Tiahuanaco cuya capital estuvo en Taypiqala fue destruido por invasores Aimaras venidos de la zona de Tucumán y Coquimbo en el sur y sus habitantes obligados así a emigrar hacia el Valle del Qosqo. Está demostrado que la civilización Tiahuanaco  tuvo participación decisiva en la formación del Tahuantinsuyo.


MITO DEL TITÁN DE ATLAS

EL TITÁN ATLAS